PALABRAS DEL EXCELENTÍSIMO SEÑOR
ROBERTO ÁLVAREZ
MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
Santo Domingo de Guzmán, Distrito Nacional
2 de febrero de 2021
Señor Josep Borrell, Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, y vicepresidente de la Comisión Europea,
Estimados señores Ministros de Relaciones Exteriores de los países miembros del Grupo Internacional de Contacto,
Amigos e invitados especiales,
Es un honor dirigirme a ustedes, por primera vez desde que formalizamos nuestra adhesión como miembros de pleno derecho en el Grupo Internacional de Contacto, el pasado 28 de octubre.
El Gobierno Dominicano sigue con suma preocupación la grave situación humanitaria y el deterioro de la democracia y los derechos humanos en Venezuela. Por estos motivos hemos abogado, en diferentes escenarios, por una solución pacífica y democrática a la profunda crisis que atraviesa nuestro hermano país.
Lamentablemente, la situación humanitaria continúa agravándose en una vertiginosa espiral debido a la pandemia del COVID-19, que encontró un sistema de salud con pocos recursos económicos y escaso capital humano. Cada día, millones de venezolanos siguen enfrentando retos sin precedentes para abastecerse y acceder a los servicios básicos. Cada día, más venezolanos se ven en la necesidad de huir de su patria, poniendo en peligro sus propias vidas al surcar las aguas del Mar Caribe o transitar por rutas y montañas escabrosas en busca de un horizonte más promisorio.
Estos hechos no solo afectan al pueblo venezolano, sino que también constituyen un desafío intolerable para la seguridad y la estabilidad de la región.
En este sentido, el gobierno dominicano reitera su voluntad indeclinable de participar en todas las iniciativas de diálogo a nivel regional e internacional, orientadas a garantizar una salida negociada, que asegure el regreso a la constitucionalidad y el respeto a la institucionalidad.
En consonancia con la posición de la mayoría de los países de la región, el gobierno dominicano rechazó la legitimidad de la Asamblea Nacional instalada el pasado 5 de enero por ser el resultado de un proceso electoral carente de las mínimas garantías democráticas.
Por otro lado, enfatizamos también que República Dominicana tampoco reconoce la extensión del mandato de la Asamblea Nacional que asumió el 5 de enero del año 2016. En consecuencia, consideramos que esta culminó sus funciones constitucionales el pasado 5 de enero del presente año. El gobierno dominicano entiende que mantener este reconocimiento más allá del mandato constitucional otorgado por el pueblo venezolano sentaría un precedente peligroso para la democracia en las Américas.
En este sentido, así como abogamos por la unidad de la oposición venezolana, nosotros también debemos actuar en consecuencia, con unidad de criterio en los organismos internacionales, en particular en la Organización de los Estados Americanos (OEA), revertiendo decisiones que militan en contra de nuestra cohesión.
Desde la perspectiva dominicana, es necesario tratar de crear las condiciones para llevar a cabo una negociación práctica que desemboque en una solución de la crisis, a través de la generación de un proceso que facilite la confianza mutua entre las partes y que culmine en un certamen electoral justo, libre y transparente. Unos comicios con garantías para todos los grupos y actores políticos involucrados, que cuente con el acompañamiento de la comunidad internacional, y bajo un clima de irrestricto respeto a los derechos humanos.
Por tal razón, entendemos que todas las partes venezolanas deben abocarse a un diálogo nacional, sincero, amplio, inclusivo, creíble y respetuoso, que contribuya a una solución pacífica de su profunda crisis. El pueblo venezolano, de forma directa, libre y transparente, debe ser el único con potestad para determinar la arquitectura de su democracia y liderazgo.
En este mismo tenor, exhortamos nueva vez a los actores dentro y fuera de Venezuela, a colocarse a la altura que exige este momento crítico, promoviendo acciones que generen unidad y allanen el camino hacia soluciones pacíficas que permitan el retorno a la constitucionalidad e institucionalidad.
Estimados colegas, República Dominicana tiene una deuda histórica con el pueblo venezolano, en razón de los profundos lazos de hermandad, solidaridad y colaboración que han caracterizado las relaciones entre nuestros países.
Reiteramos nuestra firme voluntad de apoyar todas las medidas posibles para trabajar junto a los miembros de este Grupo, en generar las condiciones para una solución a la situación conducente al reencuentro y la reconciliación de los venezolanos. Muchas gracias.
