22 de octubre de 2024
Señora Presidenta,
Distinguidos miembros del Consejo de Seguridad,
Señora María Isabel Salvador, Representante Especial del Secretario General para Haití,
Señora Katherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF,
Representantes permanentes de Haití y Kenia en Naciones Unidas.
Señora Rosy Ducéna, representante de la Red Nacional de Derechos Humanos de Haití.
Agradecemos el informe presentado por el secretario general y reconocemos la gran labor realizada por la representante especial de la ONU en Haití. También agradecemos las ilustrativas exposiciones de los panelistas ofrecidas en la tarde de hoy que son también dramáticas y preocupantes.
Desde mi última presentación en este Consejo, el 3 julio pasado, este órgano ha renovado el mandato de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas para Haití (BINUH), el de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití (MSS) y el del Régimen de Sanciones. Sin duda, muestras del creciente compromiso de las Naciones Unidas con Haití.
Como ha referido el informe del secretario general, la situación en Haití sigue siendo muy grave y preocupante. El control territorial de las bandas criminales en el área metropolitana de Puerto Príncipe aumenta, llegando ya a un 85%. Justo el día de ayer, el primer ministro Gary Conille, informó que tuvo que tomar medidas para reforzar a la policía haitiana por la “preocupante situación que prevalece particularmente en Puerto Príncipe y la región de Artibonito”. Existe una amenaza real sobre distritos estratégicos como “Solino y otras zonas recientemente liberadas”.
Continúa la precariedad de las instituciones estatales debido a los actos delictivos y los ataques violentos contra funcionarios e instalaciones públicas y privadas como han sido detallados en esta tarde por varios de los expositores.
A esto se une el deterioro de la situación económica, social y humanitaria, que erosiona aún más las capacidades para enfrentar las actividades de las organizaciones criminales.
La reciente masacre de más de 115 personas en la comunidad de Pont-Sondé, la peor ocurrida por años en Haití, es muestra tangible del sufrimiento y la violencia descontrolada que sigue afectando al vecino país. Debemos recordar que la pandilla causante de esta matanza, Gran Grif, es también responsable del cierre en febrero de 2023, de un hospital en esa zona que daba atención a 700 mil personas.
Señora Presidenta,
Ese escenario de siniestras tonalidades nos indica claramente que Haití necesita sin demora completar la fuerza robusta prometida a la mayor brevedad posible.
Resulta invaluable el liderazgo de la MSS asumido por Kenia, así como el apoyo otorgado por Estados Unidos, y los esfuerzos de CARICOM, incluyendo los países caribeños que ya han desplegado tropas; entre estos, los recién llegados de las Bahamas.
También debo destacar el compromiso de Canadá con el entrenamiento y equipamiento de la Misión, así como el apoyo de otros países, incluyendo el aporte financiero y logístico del Gobierno dominicano. Nuestro país ha asumido el componente de evacuación médica de la MSS, para que, cuando sea necesario, sus efectivos sean tratados en hospitales del país. De hecho, varios miembros de la MSS ya han recibido tratamiento en nuestros hospitales.
A cuatro meses del despliegue de los primeros miembros de la MSS y pese a sus indiscutibles esfuerzos, se esperaban resultados más contundentes.
Ante esta situación, República Dominicana se ha visto obligada a tomar medidas excepcionales. A principios de este mes, el Consejo Nacional de Seguridad y Defensa decidió reforzar los operativos de interdicción migratoria para reducir el incesante flujo masivo de migrantes ilegales al país. Asimismo, el Consejo ponderó los riesgos potenciales de que la violencia generada por el crimen organizado en Haití pudiera desbordar los límites del territorio de ese país.
El Gobierno dominicano no puede aceptar el insensato llamado a detener las repatriaciones, pues esto sería el equivalente a declarar una frontera abierta, incentivando una mayor migración irregular al país. Esto jamás lo permitiremos.
Al día de hoy, tenemos en nuestras escuelas a nivel básico y primario 147,000 estudiantes haitianos; el 16% del presupuesto de salud de República Dominicana ha sido dedicado a haitianos. Hay límites.
La crisis que arropa a Haití es su responsabilidad, empeorada por la falta de apoyo oportuno y sostenido de la comunidad internacional. Los dominicanos nunca hemos sido los causantes de ninguna situación humanitaria, económica o de inseguridad en Haití. Sin embargo, la hemos enfrentado esa crisis, por décadas, prácticamente solos.
Como expresó el Presidente Luis Abinader en su último discurso ante la Asamblea General: “Es inaceptable que a estas alturas los países que han tenido incidencia en la situación haitiana o que se han comprometido con su solución, no hayan cumplido plenamente con sus promesas”.
Señora Presidenta,
No podemos dejar pasar por alto que la garantía de estabilidad en Haití debe incluir la celebración de elecciones. Esto es algo que nos preocupa legítimamente dado que el estado actual de ese país impacta directamente sobre el nuestro. Por eso nos sentimos obligados a dar seguimiento a ese proceso.
Es imposible pensar en la organización y celebración de elecciones bajo las condiciones actuales.
El atraso en el restablecimiento del orden ha dificultado en gran medida la organización de todo el proceso electoral. Sin el control territorial, sin el control pleno y eficaz del Consejo Electoral Provisional, sin terminar el padrón electoral, sin la calendarización de los procesos fundamentales, no es creíble que se celebren elecciones en la fecha establecida. Es urgente que se trabaje de forma coordinada con otras instancias regionales para brindar cooperación técnica en materia electoral que permita un claro camino de restablecimiento democrático.
En mi intervención del mes de julio manifesté que la BINUH se ha erigido en un faro de esperanza para el pueblo haitiano y en esta nueva etapa, debe mantenerse como un pilar esencial para brindar apoyo al gobierno de transición, a la MSS y a la organización del indispensable proceso electoral.
Estimados miembros del Consejo,
Nuestro país siempre ha sido solidario con otros pueblos cuando han necesitado nuestra asistencia. Es parte de nuestra tradición. Valoramos altamente que otros países nos brindaron su ayuda en nuestras situaciones de dificultad. Pero, Republica Dominicana se guía también por el principio innegociable de la preservación de nuestra seguridad nacional así como por el imperio de la ley.
Señora presidenta,
No podemos dejarnos vencer por el panorama desafiante que aún persiste.
Ha llegado el momento de redoblar los esfuerzos para apoyar sin vacilaciones al pueblo haitiano.
Muchas gracias.