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Discurso del Canciller Roberto Alvarez en ocasión del Trigésimo Octavo Período de sesiones de la CEPAL a celebrarse del 26 al 28 de octubre 2020

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26 de octubre del 2020 

 

S.E. Carlos Alvarado, Presidente de Costa Rica. 

S.E Miguel Díaz – Canel, Presidente de la República de Cuba

Sra. Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL

Estimadas y estimados Ministros de Relaciones Exteriores aquí presentes,

Honorable Cuerpo Diplomático acreditado en Costa Rica, 

Señoras y señores, 

 

Permítanme iniciar estas palabras, agradeciendo en nombre del Excelentísimo Sr. Presidente Luis Abinader, en el del pueblo dominicano y en el mío propio, a la Sra. Alicia Bárcena, y a Su Excelencia Carlos Alvarado, como anfitrión, por la celebración de este trigésimo octavo período de sesiones de la CEPAL, en un momento en que se hace tan necesario, aunar esfuerzos para enfrentar los desafíos presentes y venideros de nuestra región. 

 

Señoras y señores, 

 

La pandemia del COVID-19 ha desnudado los sistemas de protección social de todo el mundo, mostrando sus límites y deficiencias. Todo parece indicar que será la peor crisis de los últimos 100 años y expertos señalan que podría entenderse como el mayor desafío social y económico que la humanidad ha enfrentado desde la Segunda Guerra Mundial. Para nuestra región, el impacto sanitario y económico amenaza con destruir una década de progreso social. 

 

La CEPAL ya ha pronosticado un marcado aumento de la pobreza para la región este año, mientras que el Banco Mundial estima una caída del PIB regional en 7.9%, para el caso de Republica Dominicana será de un 4.3%. 

 

Enfrentar la pandemia ha sido costoso y doloroso. Los cierres de fronteras y la reducción de la actividad económica fueron medidas necesarias, pero riesgosas. Millones de personas en el continente han perdido sus medios de vida como consecuencia de estas medidas. La contracción de la economía implicará que en la región tendremos más de 44 millones de desempleados, según la CEPAL. 18 millones más que el año anterior. Esto a su vez, implica menos recursos disponibles para las políticas sociales, por la caída de las recaudaciones.  

Poco a poco nos hemos resignado a que la pandemia seguirá presente durante mucho tiempo; hay esperanza de que la vacuna sea una realidad antes del próximo verano, pero aún en ese caso, su administración un amplio segmento de la población se tomará algún tiempo. Mientras tanto, la crisis económica, social se profundiza y el impacto económico posterior a la pandemia podrá ser peor que los daños sanitarios.   

 

Como respuesta a la situación actual, el gobierno dominicano ha anunciado una serie de medidas para escudar el gasto social, sobre todo en salud y educación. 

 

En la salud, se han tomado las previsiones para aumentar la disponibilidad de camas, equipos y material gastable. El gobierno dominicano ha puesto en marcha el programa más ambicioso de nuestra historia, para alcanzar la cobertura universal del seguro de salud para finales de este año. 

 

En lo relativo a la educación, nuestro gobierno ha dispuesto la entrega de equipos electrónicos y de conexión gratuita al internet para profesores y alumnos. Este programa ha incluido la capacitación de más de 100 mil maestros para la modalidad de clases a distancia. De manera tal que el año escolar no se pierda. 

 

Otra de las medidas adoptada ha sido en beneficio de los estudiantes universitarios del ámbito público, con la asignación de 234.5 millones de pesos dominicanos como apoyo logístico y financiero para que se desarrolle de manera exitosa el programa académico virtual correspondiente a la etapa final del presente año. 

 

El gobierno de la República Dominicana declaró de alto interés nacional el derecho esencial de acceso universal al internet de banda ancha de última generación y el uso productivo de la tecnología de la información y la comunicación (TIC). Esto se hizo en reconocimiento de que la brecha digital es uno de los mayores desafíos que enfrenta la República Dominicana, que visibiliza y profundiza la inaceptable desigualdad de oportunidades. 

 

Penosamente, no ha existido una coordinación regional en cuanto a la aplicación de las medidas para enfrentar la pandemia. La ausencia de una respuesta regional coordinada ha causado mayor número de muertes y pérdidas. 

 

Ahora, tenemos la oportunidad de trabajar unidos para focalizar nuestros esfuerzos y dar respuesta más rápida, eficiente a los desastres y pandemias para preservar nuestra estabilidad social. Debemos unirnos bajo un esquema de cooperación internacional que acelere la implementación de protocolos de ayuda, asistencia humanitaria internacional y colaboración para contar con sistemas de salud más sólidos. 

 

Señoras y señores, 

 

Les propongo un convenio regional de América Latina y el Caribe que establezca un marco para coordinar la respuesta y la reconstrucción ante desastres regionales como esta pandemia. Sugiero establecer un esquema de trabajo con el fin de lograr economías circulares, resilientes, más sólidas, con sectores agroindustriales, industriales, comerciales, turismo, entre otros, fortalecidos que generen la mayor cantidad de empleos. 

 

La CEPAL dada su experiencia, conocimientos y capacidad puede jugar un rol articulador importante en el marco de esta propuesta. Esta organización puede apoyar a nuestros gobiernos, coordinando estos mecanismos de respuesta y reconstrucción, promoviendo la transferencia de conocimientos y sugiriendo las políticas públicas con un mayor efecto multiplicador sobre la recuperación.

 

Un aspecto importante de este marco de cooperación es que valoremos la creación de un fondo regional para apoyar a los sectores productivos nacionales e incentivar la innovación, desarrollo de nuevas tecnologías en materia de salud, apoyo a la producción de medicamentos y suministros de dispositivos médicos en nuestros propios países (independencia de salud), incluyendo a la academia para más investigación y desarrollo de productos industriales más competitivos en los mercados internacionales.  

 

Finalmente, quiero concluir estas palabras reiterando, que la vía idónea es la unidad y la integración como una salida hacia el desarrollo de nuestras naciones y la felicidad de nuestros pueblos.  Afrontamos el reto de retomar la senda del progreso y desarrollo, hoy más que nunca, necesitamos una América unida para salir triunfadores de esta crisis y fortalecidos como región.

 

Muchas gracias.