República Dominicana es la patria del Merengue. La música está omnipresente en todo el país. El merengue es la expresión más popular de la música dominicana. Juan Luis Guerra ha sido sin duda la mejor representación del merengue a nivel internacional. Otros ritmos y músicas dominicanas han crecido en popularidad como la Bachata que cada vez es más escuchada y bailada dentro fuera de sus fronteras.

Orígenes del Merengue

El merengue surgió como una transformación afro-americana de la contradanza europea. Otras transformaciones de la contradanza incluyen el danzón cubano y el ragtime estadounidense. El término “merengue” (en francés “meringue” y en creole “mereng”) se aplica a géneros estilísticamente distintos en Haití, Venezuela y Colombia. Así, el merengue dominicano es parte de una familia de bailes generalizada en el Caribe. El hecho de que el merengue es el baile nacional tanto de Haití como de la República Dominicana refleja semejanzas de las culturas de los dos países de la isla Quisqueya.

El merengue dominicano, como los merengues haitiano y venezolano, surgió en los salones a mediados del siglo XIX como derivativo de la contradanza, imitando la buena sociedad, los campesinos de las varias regiones de la isla transformaron el merengue de contradanza a sus propias maneras, utilizando estéticas e instrumentos musicales propios de sus culturas regionales. Lo que hoy en día se llama “el merengue dominicano” viene de una región de la República Dominicana, el Cibao. Otras regiones del país, y de Quisqueya entera, han tenido sus propias formas de merengue. Los otros merengues no se parecen al merengue cibaeño en el estilo musical ni en el estilo coreográfico.

Origines de la Bachata

En sus orígenes más remotos conocidos, a comienzos del siglo XX, el término bachata designaba un tipo de reunión social, emparentada con la jarana de la época, definido por la presencia de varios géneros de música y baile populares. Etimológicamente, la palabra bachata es sinónimo de juerga, holgorio, parranda.

La bachata constituía una forma de recreación popular: una fiesta que se realizaba en cualquier patio, bajo la sombra de un árbol callejero, o en una esquina cualquiera, y cuyo antecedente podemos establecer que fue el fandango.

A partir de los años treinta, el tipo de celebración que era la bachata se extiende hasta los bares, casas de cita, y lugares similares. En el Santo Domingo de la época posterior al ciclón de San Zenón (1930) se recuerda el sitio denominado El Yarey, situado en el barrio de Villa Francisca, periférico a la ciudad en ese entonces. En Santiago de los Caballeros era famoso el llamado Callejón de la Alegría, espacio donde por primera vez se usó el saxofón en el Caribe a comienzos del siglo XX en el conjunto denominado Perico Ripiao – que ejecuta el merengue típico dominicano-, y por donde, también, el son cubano reingresó a la República Dominicana alrededor de 1930.

A los grupos que amenizaban las bachatas se les llamaba “conjunto de bachata”. Nuestras indagaciones indican que el género musical denominado bachata se originó como resultado de una lenta evolución de la música interpretada en la tipología de reunión social que ese nombre designaba, y que sus creadores anónimos fueron los conjuntos que las amenizaban. Recuérdese que los ritmos que predominaban en ellas eran el bolero rítmico, la guaracha y el son, entre otros, bastante extendidos en las Antillas después de la primera guerra mundial y con gran repunte, sobre todo del primero, tras la segunda guerra mundial.

La forma musical de la bachata refleja el predominio del bolero tropical, que es más acelerado que el tradicional español, y era interpretada por unos músicos generalmente empíricos. A estas formas de canto y música se le agregó un cambio en coreografía del baile, incluyendo un elevamiento de los pies al concluir cada ciclo de los movimientos del baile, con lo cual quedó conformado el género como un ente musical y danzario autónomo, en los años sesenta del siglo XX.

A la caída de Trujillo, la afición por la guaracha era tal que pronto esa influencia encontró una expresión masiva en un canal tan idóneo como la radio, en una sociedad pre- moderna como la dominicana de aquél entonces. Eso vino a ser La Guarachita, la emisora especializada en esa música, y cuyo nombre salió de la inclinación popular hacia ese ritmo. Este nombre, y el de música de amargue, durante mucho tiempo se disputaron la denominación del nuevo género, aunque en los lustros recientes el nombre de bachata se ha hecho indisputable.

En otras palabras, aunque el término bachata designaba en sus orígenes una actividad de preeminencia rural, por estar inserta en una sociedad también rural, el género musical bachata, que resultó de la evolución de aquélla, es de origen urbano, producto de un movimiento de traslación que convirtió a las ciudades en el epicentro de actividad. El espacio urbano, en comparación con los campos y por razones culturales, era más proclive a favorecer la evolución de los patrones culturales.